Los jóvenes vascos necesitarían ganar un 179% más para comprar un piso
Los vascos de 18 a 34 años necesitarían que su sueldo medio actual aumentara el 179% para no tener que destinar a la hipoteca del piso más del 30% de los ingresos, -proporción que las instituciones fijan razonable para vivir sin excesivos apuros-. Así se recoge en el último informe del Observatorio Joven de la Vivienda (Objovi), un órgano estadístico que realiza análisis para el Consejo de la Juventud de España. Durante el segundo trimestre de este año, el País Vasco fue la autonomía donde los jóvenes necesitaban más años para terminar de pagar un piso (más de quince), donde más proporción de su renta anual tenían que dedicar a la hipoteca (más del 80%) y donde las viviendas que, teóricamente, podían permitirse eran las más pequeñas (ni siquiera llegaban a los 40 metros cuadrados).
La investigación, que se apoya en datos del Ministerio de Vivienda, del Instituto Nacional de Estadística y del Banco de España, sitúa a Euskadi entre las cinco autonomías con tasas más bajas de emancipación juvenil, sólo por delante de Extremadura, Castilla y León, Asturias y Galicia, por ese orden. Entre abril y junio pasados, apenas el 38% de los jóvenes vascos varones habían abandonado el hogar paterno, una proporción que alcanzaba el 47% en el caso de las mujeres.
Una vez más, el análisis del Objovi pone de manifiesto la estrecha relación que existe entre los precios de la vivienda y el porcentaje de jóvenes que aspiran a independizarse, un colectivo que el Gobierno vasco estima en cerca de 100.000 vascos. El informe estatal reconoce que «el nuevo contexto inmobiliario se ha reflejado en una moderación de los precios»; pero advierte de que, de todos modos, esos precios se han detenido «en un punto muy alejado del potencial económico de los y las jóvenes».
Además, el Objovi recuerda que los tipos de interés han subido de forma ininterrumpida en España desde 2005, hasta situarse en el 5,097% de media durante el segundo trimestre de 2007, un nivel que se aproxima al que se registró a finales de 2001. «La principal diferencia respecto a ese periodo -puntualiza el estudio- es que los plazos de amortización se han ampliado prácticamente hasta los treinta años y que una vivienda libre cuesta un 107% más».
Lo razonable
En resumidas cuentas, si hace diez años el precio de un piso libre representaba seis veces el salario medio anual de un joven español, ahora equivale a 12,7 veces esa misma renta (y a más de quince en el caso del País Vasco, Baleares y la Comunidad de Madrid). Según el Objovi, para que ese mismo joven sólo tenga que consagrar un tercio de los ingresos a la vivienda, su sueldo medio actual debería aumentar un 126%. Y si residiera en Euskadi, la subida tendría que ser del 179%, teniendo en cuenta que el salario medio de un joven vasco ronda los 18.752 euros anuales.
No obstante, el incremento debería ser todavía mayor en el caso específico de las mujeres, ya que sus ingresos suelen ser inferiores, bien porque no les pagan igual a pesar de hacer el mismo trabajo que los hombres, bien porque ellas sólo consiguen los empleos peor remunerados.
También resulta llamativo que el mercado inmobiliario no sólo excluye a los jóvenes que quieren vivir solos. El informe recuerda que dos jóvenes vascos que quieran formar una familia y tener hijos necesitarían que sus ingresos conjuntos crecieran un 72,8% para acceder a un piso sin estar asfixiados económicamente durante años y años.
Ahora mismo, el capítulo de vivienda representa el 51% de la renta total de un hogar joven; y el 83,9% de los ingresos de una persona recién emancipada
La investigación, que se apoya en datos del Ministerio de Vivienda, del Instituto Nacional de Estadística y del Banco de España, sitúa a Euskadi entre las cinco autonomías con tasas más bajas de emancipación juvenil, sólo por delante de Extremadura, Castilla y León, Asturias y Galicia, por ese orden. Entre abril y junio pasados, apenas el 38% de los jóvenes vascos varones habían abandonado el hogar paterno, una proporción que alcanzaba el 47% en el caso de las mujeres.
Una vez más, el análisis del Objovi pone de manifiesto la estrecha relación que existe entre los precios de la vivienda y el porcentaje de jóvenes que aspiran a independizarse, un colectivo que el Gobierno vasco estima en cerca de 100.000 vascos. El informe estatal reconoce que «el nuevo contexto inmobiliario se ha reflejado en una moderación de los precios»; pero advierte de que, de todos modos, esos precios se han detenido «en un punto muy alejado del potencial económico de los y las jóvenes».
Además, el Objovi recuerda que los tipos de interés han subido de forma ininterrumpida en España desde 2005, hasta situarse en el 5,097% de media durante el segundo trimestre de 2007, un nivel que se aproxima al que se registró a finales de 2001. «La principal diferencia respecto a ese periodo -puntualiza el estudio- es que los plazos de amortización se han ampliado prácticamente hasta los treinta años y que una vivienda libre cuesta un 107% más».
Lo razonable
En resumidas cuentas, si hace diez años el precio de un piso libre representaba seis veces el salario medio anual de un joven español, ahora equivale a 12,7 veces esa misma renta (y a más de quince en el caso del País Vasco, Baleares y la Comunidad de Madrid). Según el Objovi, para que ese mismo joven sólo tenga que consagrar un tercio de los ingresos a la vivienda, su sueldo medio actual debería aumentar un 126%. Y si residiera en Euskadi, la subida tendría que ser del 179%, teniendo en cuenta que el salario medio de un joven vasco ronda los 18.752 euros anuales.
No obstante, el incremento debería ser todavía mayor en el caso específico de las mujeres, ya que sus ingresos suelen ser inferiores, bien porque no les pagan igual a pesar de hacer el mismo trabajo que los hombres, bien porque ellas sólo consiguen los empleos peor remunerados.
También resulta llamativo que el mercado inmobiliario no sólo excluye a los jóvenes que quieren vivir solos. El informe recuerda que dos jóvenes vascos que quieran formar una familia y tener hijos necesitarían que sus ingresos conjuntos crecieran un 72,8% para acceder a un piso sin estar asfixiados económicamente durante años y años.
Ahora mismo, el capítulo de vivienda representa el 51% de la renta total de un hogar joven; y el 83,9% de los ingresos de una persona recién emancipada
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